La venta de tabaco cae 2,4 millones de euros desde el veto de 2010 a fumar en bares
El gasto en cajetillas se desploma desde el endurecimiento de la ley.
Es cuestión de hacer cuentas, tirar de calculadora y
comprobar que la tolerancia, el respeto y el propio cuidado de la salud
se han impuesto pese a las reticencias que siguen despertando en algunos
sectores de actividad las medidas legales restrictivas que en su día se
adoptaron para erradicar los nocivos humos del tabaco de los espacios
públicos. Aquella guerra emprendida por el anterior Gobierno socialista
de José Luis Rodríguez Zapatero recogió sus frutos deseados de la
siembra reguladora efectuada. Sin embargo, el mejor antídoto que puede
implantarse en esta batalla librada por las autoridades contra el
tabaquismo sigue siendo subir y resubir los precios.
Así que entre encarecimientos y prohibiciones ya asumidas
en una convivencia cotidiana de una sociedad con cada vez menos humos
tóxicos, solo queda recurrir a esa calculadora para saber la repercusión
de tanta estrategia económica y reguladora en torno al tabaco. La
primera es que sí hay un descenso generalizado del consumo, aunque con matices que
tienen que ver más con el ahorro que buscan quienes todavía no se han
desprovisto del nocivo hábito y que exhibe cambios de tendencia en el
consumo.
Tanta restricción con la vuelta de tuerca legal que entró en vigor el 2 de enero de 2010 puede
hacer pensar que el consumo es cada vez más infrecuente. Y así es, como
se deduce de los dos años de vigencia de aquel endurecimiento legal que
erradicó el tabaco de los establecimientos hosteleros.
Si se tienen en cuenta todas las modalidades de
comercialización (incluidas las bolsas de tabaco para liar, la picadura
de pipa y los cigarros puros), la expedición en ese periodo de tiempo ha
dejado de ingresar 2,4 millones de euros en la provincia segoviana.
El Comisionado del Mercado de Tabacos dependiente
del Ministerio de Economía evidencia el desplome de la principal forma
de consumo que poseen los fumadores, la que más ingresos genera y aporta
al sector y la más habitual entre los fumadores. La venta de cajetillas
ha descendido de manera notable en esa nueva etapa reguladora que
empezó en 2010. En términos puramente económicos, 88
de cada 100 euros recaudados por la actividad en la provincia provienen
de la comercialización del clásico formato del paquete de veinte cigarros.
Esa reducción todavía es más acusada si la comparación se
remonta a 2006. La fecha no está escogida al azar ya que es el año en
que entraron el vigor los primeros vetos de la ley de prevención que
llevó a prohibir fumar en lugares de trabajo, hospitales y centros
escolares, entre otros espacios públicos.
110.341.840 'pitillos' menos
Aquella novedosa y polémica normativa antitabaco va camino de entrar en su séptimo año de vida.
En este tiempo lo segovianos han fumado 5.517.092 cajetillas menos, o
lo que es lo mismo, 110.341.840 cigarrillos que han dejado de
encenderse. Estos números dan fe de que la originaria regulación logró
los efectos deseados y además lo hizo rápido. Pero faltaba el sector
hostelero, donde las imprecisiones legales generaron lagunas que el
Gobierno quiso subsanar con la reforma que irrumpió en el inicio de
2010. Bares, restaurantes, cafeterías, pubs, casinos, discotecas y otros
locales de ocio fueron las dianas contra las que las autoridades
apuntaron luego sus dardos para restringir aún más el consumo.
Las prohibiciones aterrizaron en la hostelería en 2010.
Desde entonces, el descenso padecido en concreto en las ventas de
cajetillas ronda los 3,8 millones de euros en Segovia, según se extrae
de las estadísticas del Comisionado. Si el primer año de ese
endurecimiento legal se saldó en el mercado provincial con una
recaudación de 40,1 millones de euros a través de la comercialización de
los tradicionales paquetes, el ejercicio pasado cerró con una facturación de 36,3 millones.
El 11% de descenso en un año
La lógica se impone para entender este retroceso. A menos
unidades vendidas, menos dinero para las cajas. Más allá de las
consecuencias de la normativa antitabaco, la objetividad de esos mismos
datos oficiales aportados por el ente perteneciente al Ministerio de
Economía revelan que el ejercicio pasado acabó con un volumen de ventas
que alcanzó las 8.927.794 cajetillas en la
provincia, el 11% menos que el curso precedente. En 2005, el año
anterior a la puesta en marcha de la ley antitabaco en la provincia se
vendieron 14.376.280 cajetillas.
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